domingo, enero 30, 2005

Electro!

Pues mañana empieza, una vez más, un año más, la temporada de exámenes de febrero. Fantástico. Como primer plato me enfrento a la asignatura de Electromagnetismo 2. He estado estudiando un poco esta mañana. La cosa trata de algunos aspectos avanzados del Electromagnetismo. Lo fundamental de esta disciplina reside en la llamadas Ecuaciones de Maxwell. Estas ecuaciones dicen, en pocas palabras: que las fuentes del campo eléctrico y magnético son, respectivamente, las cargas y las corrientes eléctricas; que no existen monopolos magnéticos (es decir, solo imanes con polo norte y sur); y que el campo eléctrico y magnético están entrelazados: un campo magnético variable produce una corriente eléctrica. De estas ecuaciones se deduce la existencia de ondas electromagnéticas (luz visible, infrarrojos, ondas de radio..) y muchas cosas más que han permitido desarrollar toda la tecnología y telecomunicaciones de las que disponemos hoy en día. Como esta mañana no estaba yo muy concentrado he salido a pasear y me he tomado en un café un café con leche y una rosquilla como si fuera una de esas viejas con abrigo de visón que se reúnen los domingos por la tarde después de oír misa.

sábado, enero 29, 2005

Buenos días nos de Dios

Pues como ayer no salí apenas esta mañana de Sábado amanecí tempranito y desayuné unas porras que Yoli trajo de la churrería. Luego he salido a pasear, primero he estado por "el barrio", he recorrido un poco la Gran Vía y he acabado metiéndome en la Casa del Libro a curiosear. Principalmente he invertido los escasos cuarenta y cinco minutos que he estado allí en dos libros: uno se llama El terror tras la posmodernidad y trata de arte moderno, terrorismo poético y todas esas cosas, el otro era un manual de Mecánica Cuántica donde he encontrado información útil para mi examen de la próxima semana. Este tratado, el Cohen Tannoudji se compone de dos tomos y cada uno cuesta 110 euros. Creo que lo voy a mangar en los próximos días, sería todo un hito en mi trayectoria delictiva. Tras esto he subido por la calle Fuencarral hacia Malasaña, el barrio de las Maravillas (como me he enterado ultimamente que también se llama). Al pasar por la placita del mercado me he acordado de Elisa: una vez me citó allí. Es extraño, hace más de un año que no sé nada de ella y a veces me viene a la cabeza por cosas nimias. Supongo que aquello fue un aprendizaje, ahora, por ejemplo, veo en L.a. los mismos errores que yo cometí con ella, la desubicación al salir de una relación larga. Luego he pasado por delante del sexshop after hours, el Babylon y allí estaban en la puerta esos gigantescos gorilas rumanos que me han recordado el libro Querelle de Brest de Jean Genet del que solo he leído la contraportada y que creo que narra la historia de un marinero gay asesino. Intuí la música allá abajo, pum pum, en el agujero, y me dí asco a mi mismo por pasar allí algunas mañanas y no en la calle, al sol, con los niños y los pajaritos. Después he echado un vistazo en Popland y en la tienda de camisetas y me he sentado a tomar el fresco y a tomar notas de las cosas que se me van ocurriendo. Tengo una crisis de creatividad literaria. No se me ocurren relatos y no encuentro manera de expresar mis ideas a través de historias. Además estoy un poco harto del universo de obsesiones del autor, que soy yo. Un día me dijo Guillermo (hombre hiperactivo y proyecto de escritor) que sacase mis cuentos de la cama, que siempre escribía de lo mismo. Y es verdad. Pero también leí en un manual de narrativa que uno no debe reprimir sus instintos en este aspecto y que cada uno tiene su tema ¿Acaso Kafka no tenía el suyo? Luego he bajado otra vez a Gran Vía, he comprado ingredientes para preparar spaguetti a la txetxina (con crema, pavo y pimienta negra) y he pasado por delante de la peluquería a ver a la peluquera. Y el sol seguía brillando y hacía un poco de fresquito como a mi me gusta y todo esta bien, a veces.

viernes, enero 28, 2005

Arbeit macht frei

Se conmemora estos días nosequé aniversario del campo de exterminio nazi de Auschwitz y se reúnen próceres de todos los países y supervivientes en actos muy emotivos reivindicando la memoria histórica. Arbeit macht frei rezaba el pórtico de entrada en Auschwitz, "el trabajo os hará libres". Rezamos en estos días para que aquello no se repita. Lo triste es que en los países pobres nuestros nuevos esclavos siguen viviendo en las mismas condiciones mientras fabrican nuestros objetos de consumo. Nuestro mundo es pequeño y nuestra mirada corta. El otro día lei en el periódico la historia de una niña de 13 años en el Asia oriental que murió de agotamiento por trabajar 16 horas al día.

Astrud: Yo estuve allí.

Anoche nos enteramos in extremis de que Astrud daba un concierto en Plaza de España, así que pasé por casa de Esme y nos plantamos en el lugar de la cita, la cafetería Jamaica. Curioso, nos estábamos tomando unos vinos cuando aparecieron Manolo y Genís, los dos componentes del grupo, con ropas extrañas, una flauta y dos guitarras chiquititas que trataban de afinar mientras tomaban un poleo menta. Se largaron y nosotros al cabo de un rato nos pusimos a buscar el lugar del show, al parecer era en el parking subterráneo. Bajamos unas escaleras, esas que llevan al restaurante chino para personas chinas y nos encontramos el pasillo lleno gente y allí, subidos a un escalón, a los tipos tocando sin ni siquiera amplificadores. Había mucha gente y teníamos que estar en silencio, sino no se oía la música. Cuando la gente "normal" llegaba a buscar su coche montaba en cólera al no poder pasar al aparcamiento por el embotellamiento. Era, sin duda, uno de estos conciertos secretos que se publicitan de boca en boca y al que nunca puedes ir porque te enteras a toro pasado. Por una vez yo estuve allí.

jueves, enero 27, 2005

Mamá al teléfono

Ha llamado ayer mamá. Quería saber que tal lo llevo con los estudios y como me sentía anímicamente. Me ha repetido hasta la saciedad que me abrigue bien (me ha interrogado sobre la ropa que me pongo) y que me alimente correctamente. Lo ha matizado con dos de sus máximas preferidas: "eres lo que comes" y "si no te amas a ti mismo no puedes amar a los demás". Es una madre y, además, una madre muy sabia. Cuando uno es un adolescente y se rebela contra todo (incluida la autoridad materna) piensa que su madre es un rollo y que no tiene ni idea de lo que va el asunto. Pero es falso. Si a mi edad ya puedo notar cierto poso de experiencia a la hora de tomar mis decisiones, imagínense lo que me puede aportar mi mamá con su trayectoria de lucha y crecimiento vital . Me ha dicho, para terminar, que debo cuidar de mí mismo. Que si no me cuido yo nadie me va a cuidar. Bueno sí, que ella me va a cuidar, pero que ella está lejos y que, además, yo nunca la dejo.

Jules et Jim

Anoche proyectaron Jules et Jim de Truffaut en el Círculo de Bellas Artes y allí nos plantamos. Es la historia de un triángulo amoroso cuyos vértices son Jules y Jim, dos amigos, uno alemán y otro austriaco, y Katherine una auténtica femme fatale en blanco y negro. Admiro la paciencia y la bondad de Jules, un tipo sereno que debido a un sano e intenso sentimiento de amor por Katherine le consiente todo tipo de infidelidades hasta el punto de tolerar su matrimonio con Jim y la convivencia de los tres. En Katherine, bella e increíblemente promiscua y caprichosa he identificado muchas de las actitudes que se encuentran hoy en día en el mundo que yo veo, la cultura del zapping sexual, la búsqueda desesperada y por ello infructuosa del amor definitivo. En otro orden de cosas me han llamado la atención muchas escenas: la de la carrera en el puente, la de los balcones de la casa de campo y sobretodo una en la que Jeanne Moreau (Katherine) explica como antes de conocer a los protagonistas no sonreía y ahora sí. Deben verla, un clásico de la Nouvelle Vague.

martes, enero 25, 2005

Tormenta en el ce-ce-cerebro

Juro y perjuro que nunca más. Prometo que esta ha sido la última vez que me doy una fiesta así. Siento mi cerebro frito y mis emociones son esta semana como una montaña rusa. En la cama y en la biblioteca he experimentado extrañas sensaciones de desvanecimiento acompañadas de un aumento de presión y zumbido en los oídos muy intenso y desagradable. He tenido un sueño lúcido horrible del que no podía escapar: creía estar despierto y todavía estaba soñando, una y otra vez. Me desperté gritando como en las películas, pero sin tanto sudor: hacía frío. He estado a punto de ponerme a llorar súbitamente en dos ocasiones: mientras leía un artículo sobre Vicente Ferrer en un periódico universitario a la hora del almuerzo (con un bocata de tortilla con pimientos entre las manos) y al hacer la lista de la compra durante una clase y escribir la palabra "lechugui" en vez de "lechuga". Me sentí como un niño abandonado. Mis labios están agrietados, la piel de mi cara reseca, tengo las ojeras tatuadas y la boca llena de mordiscos autoinflingidos.

La tormenta química. La tormenta química me atormenta.

La Ola de Biruji

Esos tipos que se asoman desde la pantalla del televisor llevan asustando a la población con la ola de frío unos cuantos días. Hoy era el día D y nos hemos levantado verdaderamente acojonados. Estaba tomando un coffee en el salón y Yoli ha aparecido muy nerviosa preguntándome por la temperatura. Pusimos el informativo de la mañana y nos dijeron que 5º en Madrid, así que me he puesto el borreguillo y la bufanda rojinegra. He ido a mi empresa de traficantes de personas y he cobrado mi finiquito por los servicios prestados a Greenpeace durante la última campaña, recibir un cheque tan sabroso me ha puesto contento. Luego me he venido a la facultad y al salir del metro en Ciudad Universitaria me he topado con unas azafatas muy modernas moviéndose al ritmo de música de baile y ofreciendo esa bebida energética, Burn, a los transeúntes. Después de todo el puto findesemana metido en agujeros de dudosa reputación rodeado de putas y travestis (tres visitas en tres días al Babylon, sexshop/after hours) pensé que aquella visión se trataba de un deja vu o un flashback provocado por el exceso de drogas. Bueno, al menos me han regalado una camiseta, servirá para abrigarme contra este tsunami de frío. Aunque yo preferiría llamarlo ola friski o de biruji, para quitarle hierro al asunto.

viernes, enero 14, 2005

La chica nuclear

Hay, en mi clase de Física Nuclear, una chica muy guapa. Su piel es clara y parece suave, los dos estamos siempre muy aburridos. Se sienta un poco más allá y a mi derecha; a veces me apetece alargar el brazo y comprobar la tersura de la piel de su papo. Su ojo (su perfil solo me muestra uno) es de color almendra, su cabello, ondulado, también. De su otro ojo y del resto de su personalidad no sé nada. El curso acabará y yo aún no le habré dirigido la palabra, como siempre. Pasará a engrosar una nutrida galería de bellas estudiantes de física que nunca conocí. Esas que me salvaron de tantos momentos de tedio, esas que lograron que mi carrera se alargara hasta lo indecible. Esas que, como hermosas sirenas, hicieron que a veces deseara abandonar el barco. Y yo aquí, atado al pupitre como Ulises al mástil.

Malos tiempos para la lírica

Los temas líricos se han agotado
la soledad
la alegría
la ansiedad
la tristeza
y, sobretodo, la estrella
el amor.

Deberían inventar sentimientos nuevos.
Estos ya aburren.

Dealer

Ayer fui a ver Easy Rider en la filmoteca. Supongo que ya la habréis visto, es un clásico del hippismo y vosotros sois todos tan hippies... El caso es que yo aún no había tenido la oportunidad y me gustó mucho. Pero lo gracioso fue antes de empezar. Estábamos Dani y yo en el hall de la filmo decidiendo nosequé cuando alguien me preguntó si nos sobraban entradas -es una peli muy popular y se habían agotado muy rápido. El caso es que nos habían fallado algunas personas y disponíamos de unas cuantas. Al calor del negocio se fue aproximando más gente a pedir, las vendimos (un poco por encima de su precio, nos dieron 1.50) y la gente seguía acercándose y preguntando, por aquello del boca a boca. Yo drogas he comprado muchas y vendido pocas pero ayer me sentí como ese dealer que se apoya en la barra al fondo del bar y al que todo el mundo se acerca con cierta ansiedad.

jueves, enero 13, 2005

Eterno retorno

Los que vivimos fuera de la nuestra ciudad natal encontramos nuestra vida salteada de visitas rutinarias y obligadas a la patria chica. El tener que volver en Navidad, Semana Santa, verano y otras fechas, divide el el año en periodos regulares de estancia fuera y estancia dentro (o quizás, a estas alturas debería decirlo al revés. ¿Dónde está el hogar?). Por lo general la relación es de meses (fuera) a días (en casa). Esto imprime un curioso ritmo en la vida. Es como si alguna dividad fuera marcando con un bombo la cadencia con la cual nos van pasando las cosas. Y el hecho de que siempre sea igual ayuda a organizar en la memoria todas nuestras vivencias. Se aprecia también una evolución cíclica donde todo se repite.

El mito del eterno retorno se les ocurrió a los antiguos hindúes y también a los aquellos filósofos griegos. Para los primeros el universo moría y renacía a intervalos regulares, de hay el dios Shiva que con una mano creaba y con otra destruía. Una vez más los indios se adelantaron cientos de años a las teorías de la ciencia moderna. También Carlitos Marx habló de la historia que se repite con todo aquello de los diferentes elementos de la lucha de clases. Pero quién verdaderamente resucitó esa idea para la modernidad fue Nietzsche. A propósito de esto, en el primer capítulo de La Insoportable Levedad del Ser, el maestro Milan Kundera hace una disgresión sobre el eterno retorno. Para él, el hecho de que todo lo que vivimos vaya a ocurrir una y otra vez hace que cada acontecimiento cobre una dimensión trágica. Porque no tiene tanta importancia que haya existido Hitler o Robespierre, dice Kundera, si algún día esto se olvida, como ahora nadie sufre por las invasiones romanas. Pero si esto se repite eternamente sería como un crimen que no prescribe.

A nivel doméstico a mí el eterno retorno de cada año con sus visitas puntuales a Asturias me sugiere lo contrario: que nada importa tanto, que si este año no lo logró habrá otra vez Enero el año que viene y entonces sabré cómo conducirme. Como además este es mi segundo blog lo he subtitulado: "estaveznopodrán". Conmigo, se sobreentiende.

Autocensura y bondad

Una de las cosas que más me preocupaba a la hora de escribir mi antiguo diario, el Planetaimaginario, era la posibilidad real de hablar con franqueza. Lo cierto es que me aplicaba una férrea censura: había cosas que no podía permitir que mi madre supiera acerca de mi comportamiento, otras cosas podían ofender a mis amigos, resultaba poco cortés opinar (mal)sobre una novia o amante. Y claro, cuantos más lectores tenía el blog -porque era un blog exitoso- más tenía yo que hilar fino en lo que escribía, hasta tal punto que todo lo que en mi vida tenía algo de interés debía de permanecer oculto para alguien. Esta fue, como digo, una de las razones del cierre. Supongo, ahora, que un escritor tiene decir más con lo que omite que con lo que cuenta y que, de todas formas, así es siempre la vida.

Algunas veces me planteé incluso escribir sin ningún tipo de remilgo. En esos días me sentía poderoso y me decía "Txe, que le den por culo al mundo". Sería un escritor polémico. Pero a continuación calculaba la magnitud de la catátrofe social que podía provocar y prefería ser un diarista amable y risueño con amigos que un implacable justiciero solitario. A cuento de esto, anoche, leyendo a George Bernard Shaw, encontré una cita a propósito de la autobiografías: "Nadie es lo suficiente malo como para decir lo que piensa en realidad de sus amigos, amantes o parientes". Este George era muy listo y yo no era tan malo.

martes, enero 11, 2005

Terminar es volver a empezar

Buenas noches. Dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero lo cierto es que la gente, la mayoría de las veces, no sabemos de lo que hablamos. Hace unos meses asistimos a la defunción de mi primer blog: PlanetaImaginario. No fue una desaparición sonada, simplemente fue apagándose poco a poco y sin hacer ruido, ni siquiera me despedí de los lectores. En aquellos momentos me encontraba desconcertado, perdido, vago, sin nada que decir: simplemente no me encontraba. Han pasado muchas cosas desde entonces y, bueno, parece que todo va mejorando de forma lenta y segura; no precisamente porque los tiempos o las circunstancias me sean favorables sino por el empeño que le pongo.

He decidido retomar la escritura de este diario pero empezando de cero. No quiero volver a leer lo que escribí entonces así que comienzo una nueva página blanca y limpia. Hubo momentos horrorosos y yo ya no soy el que fui, así que no le veo el sentido a continuar lo anterior. Borrón y blog nuevo. Aquí tengo a mi vera una botella de cava recién descorchada. Son las 3:15 de la mañana del día 11 de Enero del año 2005. Brindo en solitario por mi nuevo diario. Larga vida a PlanetaImaginario2.