viernes, enero 27, 2006

Peligros

Si supieran lo fácil que es matar a una persona. La cantidad de formas que existen de hacerlo.
Si conocieran la cantidad de hombres que eligieron el mejor cuchillo del cajón de su cocina, salieron de casa, buscaron un descampado, violaron a una joven que por allí pasaba y nunca fueron descubiertos.
Si comprobasen lo sencillo que resulta conseguir los ingredientes para construir una bomba, nitrato de amonio, cloruro potásico.
Si conocieran el número de inocentes que cumplen condena en las cárceles del país mientras los verdaderos asesinos caminan libres por cualquier calle.
Si supieran que, en teoría, uno de cuatro españoles sufre problemas psicóticos mientras que las armas blancas se venden sin ningún tipo de regulación.
No saldrían de su cama.

El hombre del telediario dice tener esperanza en el cese de los atentados terroristas. En ese mismo instante, en cualquier otro lugar, unas manos enguantadas fabrican un explosivo.

viernes, enero 20, 2006

Insurrecto

Pasaremos a la clandestinidad. Nos ocultaremos en las alcantarillas, en los cobertizos, en las casas abandonadas. En los resquicios del sistema. Nos echaremos al monte.

Seremos como las sombras, nos moveremos rápido y en silencio. Jamás nos atráparéis. Cuando halléis nuestros escondrijos nosotros ya estaremos lejos, una nota manuscrita diciendo adiós será lo único que dejaremos a nuestras espaldas.

Estaremos organizados. Crearemos redes. Tendremos mensajeros y lenguajes cifrados. Formaremos comandos. Nos armaremos.

Extenderemos planos amarillentos bajo luces mortecinas. Nuestros cuarteles serán oscuros. Llevaremos barbas, boinas puestas de lado y pipas en la boca. Señalaremos con grandes rotuladores rojos nuestros objetivos sobre el mapa.

Oiréis hablar de nosotros, pero no podréis vernos. Estaremos por todas partes, camuflados. Podríamos ser cualquiera. El hombre que se sienta al lado en el metro. La camarera que os sirve una caña. Vuestros propios hijos. Tendréis miedo.

Algunos caerán, los sabemos. Será duro, también lo sabemos. Pero resisitiremos hasta la confrontación final. Ese día, un día lejano y tormentoso, nos revelaremos. Saldremos de nuestros agujeros y más vale que Dios os coja confesados pues no mostraremos piedad. Llenaremos de humo vuestras escuelas y universidades. Llenaremos de humo vuestros museos y ministerios. Vuestros edificios oficiales. Llenaremos de humo los transportes públicos y los centros de ocio. Todo lo llenaremos de humo, todo, hasta los ataúdes donde descansan vuestros muertos.

Moriréis tosiendo y tumorados.

Y fumaremos, por fin, donde nos dé la gana.

martes, enero 17, 2006

5 hábitos extraños

He sido elegido jugador de este juego por La Poca Sangre. ¡Juega conmigo!Reglamento:El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título "5 extraños hábitos tuyos". Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog, a propósito de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debéis escoger 5 nuevas personas a indicar y añadir el link de su blog o diario web. No olvidéis dejar un comentario en su blog o diario web diciendo "Has sido elegido" y pidiendo que lean el vuestro.

1. Dar collejas a las ancianas que salen de misa. Me hago pasar por un indigente de los que piden limosna en las escaleras de la iglesia y cuando ellas pasan, aún tratando de tragar la hostia, yo les golpeo en la nuca a mano abierta, ¡zas! Luego huyo a toda velocidad. Ellas se indignan, levantan el paraguas, juran y perjuran (con Aznar no pasaba esto) e incluso blasfeman. Es especialmente excitante los domingos, en misa de ocho.

2. Ver cine de autor polaco en versión original. Sin subtítulos. Aunque no me entero de nada me gusta, no se por qué, tal vez por la sonoridad del idioma.

3. Maniatar y amordazar a mis parejas sexuales. Luego cubrirlas de nata, mermelada o fabada Litoral. A veces solo hacer esto me produce tal satisfacción que no necesito consumar el acto sexual. Ellas, claro está, se quejan, montan en cólera, intentar gritar pero como están amordazadas no molestan mucho.

4. Ordenar los libros y los cd's por colores tratando de formar un arcoiris en la estantería. Comprar, a veces, libros o cd's solamente por que el color del lomo encaja bien en el conjunto.

5. Inventarme historias. Mentir.

Sí, mentir.

Le paso el testigo a:
- Un extintor bajo el agua
- El Reposacabezas
- Brisa en la noche
- Tus tripas y las mias se entienden bien
- Madrid Oasis

miércoles, enero 11, 2006

Coup de Etat

Soy la mujer que se sienta enfrente en el metro. Tengo cerca de cuarenta años y aún soy atractiva. Mis compañeros de trabajo, mis subordinados, me miran el trasero disimuladamente cuando paso. Mi trabajo es un buen trabajo. En una oficina.

Llevo un abrigo beige. Largo. El pelo rubio, con raya al lado, recogido detrás de la oreja. Pendientes pequeños dorados. Maquillaje. Un bolso de El Caballo.

Mido cerca de un metro setenta y cinco y miro alrededor con desdén. Como si el metro no fuera para mí. Como si me diera asco. Como si me dieras asco. Llegaré a Embajadores y cogeré un tren hasta mi urbanización. Espero no rozarme con ningún inmigrante. Me espera mi familia bien. Y el perro. Para cenar bien. Y el perro también. Voto al PP.

Mañana me devuelven el coche los del taller. Los mecánicos siempre trabajan mal. Siempre tardan más de la cuenta. Son vagos. No les daré propina. Me obligan a viajar en metro. Sentada frente a tí.

Llevo una de esas pulseras con la banderita de España bordada. Como las de los adolescentes que se manifestaron en la retirada de la estatua de Franco. Temo que nuestro país se desvertebre. Se desuna . Se deshaga.

Tendría que haber un golpe de estado.

O dos.

martes, enero 10, 2006

Primer día

Y llego en una tardenoche de lunes a la estación de Mendez Álvaro donde es imposible coger un taxi, así que me pongo la mochila a la espalda -pesa como mil demonios- y agarro el metro que me deja en Atocha Renfe, bajo hasta casa por una calle que nunca había recorrido y descubro un restaurante caribeño, un supermercado Supersol y una tienda de frutos secos llamada Don Cerdito. Cuando diviso la ventana del salón se proyectan las sombras de Ale e Isaac sobre la pared roja y pienso que es momento entrañable, llamó al telefonillo, subo y le doy dos besos a Ale, descubró que Isaac tiene el brazo vendado y la cabeza rapada, le digo que parece un refugiado de los Balcanes y nos reímos, después llegan Virginia y Edgar y también los abrazamos, nos vamos a cenar a casa de Isaac, en la calle de al lado, tomamos croquetas congeladas y una especie de pollo precocinado con un huevo duro dentro, estamos con Esme y Elisa, hablamos de pintar paredes, de caseros drogadictos y de música eléctrónica. Bienvenido, esto es Madrid.

domingo, enero 08, 2006

Último día

La ligera melancolía del domingo por la tarde en la capital de provincias, el cielo blanco, a media tarde, desde la ventana de siempre la calle desierta como nunca, a mis espaldas el silencio de la casa vacía y otras navidades en la memoria, el humo del cigarrillo disolviéndose lento, el aire quieto, la luz azulada, mi respiración

doblar toda la ropa

hacer la maleta

comprar un billete

marcharse

otra vez

sábado, enero 07, 2006

Pornografía

Preparé un dossier con algunos de mis relatos para los tipos de la revista Clarín y repartí copias en la tertulia celebran los viernes por la tarde. Incluí en la selección el cuento del chuloputas aficcionado al cine de la Nouvelle Vague, el del tipo que intenta sustituir a su mujer huida por una muñeca hinchable, también el cuento filogay sobre albañiles sudorosos con mostacho y algunos más. Dejé una copia de los relatos en casa y cayó en manos de mi TiaVicen que nunca me había leído. Ayer subí a verla y me dijo que escribía muy bien (que "pongo muy bien los puntos y las comas") pero que los temas son pornográficos. Que soy un pornografo. Comenté a mamá la historia y me dijo que la tia está preocupada por mí, piensa que si se me pasan tales historias por la cabeza es que soy una persona atormentada. Bueno, nunca me había fijado pero lo cierto es que las historias que escribo son algo truculentas y sórdidas. Pero no sé, no estoy loco. Creo. Los pies de los niños son bonitos.

jueves, enero 05, 2006

Monarquía Parlamentaria

Escribo asomado a la ventana de mi habitación de Oviedo y allá abajo hay una marabunta de niños y padres chillando ante la presencia de los Reyes Magos en cabalgata.
Bien mirado esto de los Reyes es el rito perfecto de iniciación para niños en el capitalismo de consumo. Coges a las criaturas y les cuentas una bonita fábula sobre tres tipos que vienen no se sabe cómo de Oriente cargados de Playstations y Furbys, fomentas su deseo de poseer bienes banales mediante una tradición cristiana y ya lo tenemos todo bendecido por la religión, esa que por otro lado predica la austeridad. Además les impones la necesidad de acatar la moral establecida (ser buenos) todo el año a cambio de recibir los regalos, en caso contrario pesa sobre ti la amenaza de recibir carbón, esa cosa sucia y negra que manejan los mineros, esos hombres rudos y revoltosos que queman neumáticos en las carreteras de la región. Pasan unos años y llega el momento de confesar que los reyes son los padres, aunque hoy en día el que no se ha enterado antes es que es gilipollas o vive en una burbuja. Y así seguimos entonces lo que nos queda de vida, tratando de vivir de los reyes, perdón, de los padres hasta que no nos queda otro remedio que pringar como todos para poder, al menos en Navidad, reunir un pastón para seguir engañando ya a nuestros propios hijos e hinchando las arcas del sistema.

Desde luego el consumismo ha sido nuestro hijo más listo.

martes, enero 03, 2006

Chof

No sé, no se me ocurre. Podría contaros alguna cosa de las que me pasan, que hoy está un poco gris ahí al otro lado de la ventana, por ejemplo, pero que no os creáis todo lo que dicen, que aquí, en Asturias, no siempre hace mal tiempo, que es un mito y que la mayoría de las veces subo la persiana y esto se inunda de sol. Vamos, lo que siempre cuento. O podría felicitaros el nuevo año, relataros todas la locuras de Nochevieja, contaros mis nuevos propósitos o hacer balance del año pasado pero, qué pereza, ¿no? Que estoy chof estos días coñe, y que no es por la Navidad ni por la vanidad, simplemente uno de esos ataques de desidia que me dan regularmente, que me impiden hacer nada de lo que debo y en los que los días pasan uno tras otro sin que nada cambie ni por aquí ni en los alrededores y nada nada parece tener sentido.